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Primeros poemas

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Primeros poemas


Estos Primeros poemas de Joaquín Gurruchaga suponen la «limpieza» de sus Últimos poemas (Calambur, 1995); son los pentimentos ocultos, las primeras estructuras del corpus poético que hoy conocemos. Y se utilizan estos términos artísticos con deliberada intención: Joaquín Gurruchaga inició estudios de Arquitectura en Zaragoza que abandonaría por los de Filosofía y Letras que cursó en Madrid. Después de la guerra civil, fue catedrático de Historia del Arte y, más tarde, Decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Madrid. A grandes rasgos, ésta sería la trayectoria profesional de un apasionado amante del arte. Tuvieron que pasar muchos años para que se decidiera a mostrar su faceta más personal. Poeta callado, poeta en la intimidad, poeta que no quería darse a conocer, cedió a las insistencias de su familia y nos fue descubriendo su largo quehacer poético. Pero quiso mostrarse al público con sus últimos trabajos, resumen de una vida, compendio de un dilatado diálogo interior. Aunque es evidente que Joaquín Gurruchaga quiso darse a conocer como poeta en los años anteriores a 1936; también es evidente que después desistió de la idea. Enterró, o pretendió que se olvidase, su primera vocación. Comentaba sus aficiones compartidas con su amigo de juventud Rafael Múgica, es decir, Gabriel Celaya. Por Celaya se ha podido saber de las discusiones teóricas que mantenían sobre las nuevas tendencias poéticas del momento. El libro va dedicado a la memoria de Gabriel Celaya, siempre firme defensor de la poesía de Joaquín Gurruchaga. No sólo defensor, sino guardián y depositario.

Sin stock 12.00 €

Estos Primeros poemas de Joaquín Gurruchaga suponen la «limpieza» de sus Últimos poemas (Calambur, 1995); son los pentimentos ocultos, las primeras estructuras del corpus poético que hoy conocemos. Y se utilizan estos términos artísticos con deliberada intención: Joaquín Gurruchaga inició estudios de Arquitectura en Zaragoza que abandonaría por los de Filosofía y Letras que cursó en Madrid. Después de la guerra civil, fue catedrático de Historia del Arte y, más tarde, Decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Madrid. A grandes rasgos, ésta sería la trayectoria profesional de un apasionado amante del arte. Tuvieron que pasar muchos años para que se decidiera a mostrar su faceta más personal. Poeta callado, poeta en la intimidad, poeta que no quería darse a conocer, cedió a las insistencias de su familia y nos fue descubriendo su largo quehacer poético. Pero quiso mostrarse al público con sus últimos trabajos, resumen de una vida, compendio de un dilatado diálogo interior. Aunque es evidente que Joaquín Gurruchaga quiso darse a conocer como poeta en los años anteriores a 1936; también es evidente que después desistió de la idea. Enterró, o pretendió que se olvidase, su primera vocación. Comentaba sus aficiones compartidas con su amigo de juventud Rafael Múgica, es decir, Gabriel Celaya. Por Celaya se ha podido saber de las discusiones teóricas que mantenían sobre las nuevas tendencias poéticas del momento. El libro va dedicado a la memoria de Gabriel Celaya, siempre firme defensor de la poesía de Joaquín Gurruchaga. No sólo defensor, sino guardián y depositario.

Datos del producto

ISBN: 9788488015709
Publicación: 11/2002
Formato: Rústica
Idioma: Español
Número de páginas: 144

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