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Pasos en la escalera

Pasos en la escalera


La incursión de la novela en el relato de acontecimientos de plena actualidad no puede considerarse novedosa, y podrían traerse algunos ejemplos para corroborarlo. Es más, el diálogo entre realidad y ficción es una constante, hasta el punto, de precisar el recurso de algunas frases hechas que tratan de justificarlo y, en ocasiones, de enmascarar como ficción lo que ha sido extraído directamente de la vida cotidiana. Asertos como: ?Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia? o, ?La realidad supera a la ficción?, son ejemplos claros de lo que se dice. La novela, por tanto, se nutre de elementos de realidad, pero, con la ventaja sobre otros géneros, de tener un mayor grado de libertad para recrear personajes y situaciones; lo que le permite ejercitar esa ejemplificación moral o ética que lleva aparejado el género desde sus orígenes. Los sucesos y personajes que aparecen en este título son producto de la imaginación del autor, aunque nadie lo creerá después de su lectura y tratarán de encontrar el alter ego de algunos de sus personajes, al igual que la toponimia de lugares y paisajes. Así, la novela, cumple otra de sus funciones importantes, al caricaturizar la realidad para hacerla más comprensible y cercana. En un reciente discurso de ingreso en la Real Academia Española hemos tenido la oportunidad de escuchar el ingenioso argumento de que, es la ficción la que precede a la realidad o, por ser más explícitos, la que elabora el pensamiento del hombre, ante la necesidad de explicarse el mundo que le rodea. La paternidad de la frase pertenece a don José María Merino y textualmente decía: ?La ficción fue la que inventó al ser humano, y no al revés?. Puede ser que, el recurso a la ficción, sea la única alternativa posible que nos quede para poder contar la inquietante realidad que nos rodea.

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La incursión de la novela en el relato de acontecimientos de plena actualidad no puede considerarse novedosa, y podrían traerse algunos ejemplos para corroborarlo. Es más, el diálogo entre realidad y ficción es una constante, hasta el punto, de precisar el recurso de algunas frases hechas que tratan de justificarlo y, en ocasiones, de enmascarar como ficción lo que ha sido extraído directamente de la vida cotidiana. Asertos como: ?Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia? o, ?La realidad supera a la ficción?, son ejemplos claros de lo que se dice. La novela, por tanto, se nutre de elementos de realidad, pero, con la ventaja sobre otros géneros, de tener un mayor grado de libertad para recrear personajes y situaciones; lo que le permite ejercitar esa ejemplificación moral o ética que lleva aparejado el género desde sus orígenes. Los sucesos y personajes que aparecen en este título son producto de la imaginación del autor, aunque nadie lo creerá después de su lectura y tratarán de encontrar el alter ego de algunos de sus personajes, al igual que la toponimia de lugares y paisajes. Así, la novela, cumple otra de sus funciones importantes, al caricaturizar la realidad para hacerla más comprensible y cercana. En un reciente discurso de ingreso en la Real Academia Española hemos tenido la oportunidad de escuchar el ingenioso argumento de que, es la ficción la que precede a la realidad o, por ser más explícitos, la que elabora el pensamiento del hombre, ante la necesidad de explicarse el mundo que le rodea. La paternidad de la frase pertenece a don José María Merino y textualmente decía: ?La ficción fue la que inventó al ser humano, y no al revés?. Puede ser que, el recurso a la ficción, sea la única alternativa posible que nos quede para poder contar la inquietante realidad que nos rodea.

Datos del producto

ISBN: 9788496651623
Publicación: 01/2009
Formato: Libro papel
Idioma: Español
Número de páginas: 64

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