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Mundo libelista - Librerías protagonistas

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—P: ¿Quiénes sois?

En realidad, el equipo lo componen todos aquellos que me han acompañado desde que aterricé en Hobbyton, que me ayudan con sus buenos consejos y compañía. La librería la llevo yo, y  yo soy Elena Cáceres, alguien que por formación y pasión siempre se ha dejado querer por los libros y, como no puede ser de otro modo, los he acogido como parte de mi vida, desde que tengo conciencia. Me apasionan las ciencias sociales y la condición humana y, en este sentido, creo firmemente que la literatura nos salva la vida, o, al menos, hace que el precipicio al que nos enfrentamos muchas veces sea menos profundo.

 

—P: ¿Cuál es vuestra especialidad? ¿Por qué?

En principio me especialicé en literatura infantil. La verdad es que después de pasar muchas fases, tras la crianza, por la cual hice un parón profesional y académico, lo que tenía más reciente a nivel vital era la literatura infantil. Tuve la suerte, en Cabanillas, de estar cerca de personas que me ilustraron maravillosamente en este aspecto. Desde ahí comencé a investigar por mi cuenta y, cuando miré atrás me di cuenta de que había adquirido grandes conocimientos sobre literatura infantil, que amplié después profesionalmente con cursos. Dentro de la literatura infantil me interesa especialmente aquella que nos hace reflexionar y permite el diálogo con el niño o la niña. Somos fans de la filosofía infantil.

Si bien comencé especializándome en libros infantiles, ahora, cuando entras en la librería, te encuentras con un poco de todo: narrativa de distintos géneros, cómics, ensayo, sociología, filosofía y también juegos de mesa.


—P: ¿Cómo empezó el proyecto?

En 2014 fui invitada por Paco, anterior dueño de la tienda, la librería escondida, como él disfrutaba en llamarla, una tienda especializada en cómics y juegos de rol y de mesa, para ocupar un espacio llenándolo de libros infantiles. Compartimos espacio durante un año y yo tomé el relevo ocupando cada vez más estanterías con libros infantiles, narrativa, ensayo y más cómics y juegos de mesa, por supuesto.

 

—P. ¿Qué libros no pueden faltar en vuestras estanterías?

Enumero unos cuantos: Historias de Ratones, Donde viven los monstruos, La vida secreta de Rebecca Paradise, el último libro de David Walliams, La pequeña oruga glotona, Pomelo (cualquiera de ellos), El camino de la montaña, ¿Ser o no ser una manzana?, colección Wonder Ponder, Abecedario escondido. Autores como Arnold Lobel, Gianni Rodari, Tomi Ungerer, Antonio Rubio, William Steig, Roal Dahl.

Con respecto a los libros no infantiles, por autores: Hannah Arendt, Iris Murdoch, Poe, Roberto Bolaño, Haruki Murakami, Ana Juan, Julian Barnes, Lucia Berlin, premios nacional del cómic, Seth. Y libros concretos: Tú no eres como las otras madres, Canciones de amor a quemarropa: Por decir algunos.

 

—P: ¿Cuál es el último libro que os ha dejado con la boca abierta?

El camino de la montaña, de Marianne Dubuc, editado por Juventud, en libros infantiles.

Cuánto azul, de Percival Everett, editado por De Conatus, libros para adultos.

 

—P: ¿Hay alguna anécdota librera que nos podáis explicar?

Anécdotas hay de todo tipo, desde los padres que vienen encantados diciendo que un libro que les he recomendado ha enganchado a sus hijos e hijas a la lectura y vienen pidiendo más  respetando mi criterio, hasta aquellos que vienen contándome que el libro que les recomendé no les gustó pero me piden una nueva recomendación.

 La anécdota más reciente tiene que ver  con una editorial. Una muy buena cliente y ya amiga vino diciéndome que había intentado serme infiel pidiendo directamente en la página de Blackie Books unos cómics y unos libros porque regalaban unas camisetas de Ana y Froga y una bolsa de tela respectivamente. Como no era, por lo que fuera, capaz de hacer el pedido, decidimos llamar desde la librería a la editorial directamente. Fueron amabilísimos y me enviaron un montón de bolsas y de camisetas para que las repartiera en Hobbyton con la compra de sus libros, claro. ¿Por qué esta anécdota? No por ser graciosa ni estar llena de encanto, o sí, para mí sí. La cuento porque la interacción entre libreros, autores y editoriales hace que este oficio, duro oficio de hacer que cada vez más personas amen los libros, ayuda a llenar hogares, cafeterías o parques, donde cada cual lea, de libros.

 





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