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Mundo libelista - Entrevistas Libelista

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"La muerte de las personas que queremos es, para todo el mundo, una de las experiencias más intensas que podemos vivir. Si esta pérdida se produce en la infancia, cuando todavía no se tienen herramientas para gestionarla, la herida que se produce marca definitivamente la persona adulta que será aquel niño."

 


P: El libro está lleno de metáforas, Sílvia. Cómo "El fibló", que es la metáfora del dolor por la herida que provoca la muerte de alguien muy próximo, sobre todo a la infancia.

R: Sí, me pareció una metáfora muy ajustada porque lo fibló de la abeja se clava a la carne y suelta un veneno, del mismo modo que la pérdida de alguien estimado durante la infancia es una herida en una persona todavía tierna e inocula un dolor que durará por siempre jamás.



P: Este es el punto de partida de una novela, Sílvia, que nos habla de tres de los pilares fundamentales de las grandes novelas de la historia: Muerte, amor y del tiempo.

R: Cierto, por mí son los grandes temas de la literatura. Este triángulo nos permite reflexionar sobre la vida misma y posar el foco en una familia es un recurso ideal para hacerlo.



P: Es la historia de tres hermanos, los "Sureda", que se reencuentran física y emocionalmente a la casa de su niñez en Alella, escenario del inicio de la rotura individual de cada uno de ellos pero también de su relación. ¿Para avanzar, a veces hay que volver a la casilla de salida?

R: Todos hemos experimentado como nos remueve los sentimientos volver a algún escenario en concreto. En el caso del Fibló, el escenario es la casa familiar, casi un recinto sagrado que contiene la memoria de los hermanos, también del que ha pasado antes de ellos.



P: La protagonista es la hermana grande, Laura, que además tendrá que sobrevivir a una relación que se ha roto y que lo ha absorbido durante muchos años. ¿Es el punto feminista de la novela?  

R: Puede serlo y me está bueno que se haga esta lectura, pero no lo escribí con esta intención. Simplemente quería hablar de una persona que ha crecido en la intemperie sentimental y , en un momento dado, mira en torno suyo y voz que la vida que ha construido es un desastre y decide actuar para mirar de rectificarlo.



P: La muerte es una de las grandes protagonistas de la novela. Sobre todo como impacto esta muerte en los que sobreviven, sobre todo si son pequeños. Te cambia la vida, la manera de ver la vida, eres otra persona. 

R: Exactamente. La muerte de las personas que estimamos es, para todo el mundo, una de las experiencias más intensas que podemos vivir. Si esta pérdida se produce en la infancia, cuando todavía no se tienen herramientas para gestionarla, la herida que se produce marca definitivamente la persona adulta que será aquel niño.



P: También nos habla de la ausencia, en este caso la de un padre que no es muerto pero como si lo fuera porque no se hace cargo de sus responsabilidades y nadie enseña a los hermanos a hacer el luto y quererse. 

R: Estos hermanos, al perder la madre cuando son pequeños, pierden su referente, la persona que los tenía que enseñar a estimarse. El padre, un hombre marcado por un trauma que se protege en la soberbia y el auto-destrucción, los deja desamparados, ni los protege ni los estima. Los hermanos crecen añorando una madre mitificada y se demuestra que algunas ausencias pesan más que muchas presencias.



P: Es un libro también de reencuentro y de como los hermanos tienen que aprender a reconstruir las relaciones fraternales, a reencontrarse, a encontrar de nuevo el amor perdido entre ellos. 

R: Estos hermanos, como te decía, no han aprendido a estimarse. No están peleados ni han tenido ningún gran conflicto, pero han crecido cada cual por su cuenta, sin apoyarse los unos a los otros. Cuando muere el padre, tienen una oportunidad para acercarse y mirar de reconstruirse.



P: Y el otro gran protagonista es el amor, en todas sus dimensiones y prismas. ¿A querer se aprende? 

R: Yo creo que en una familia “sana”, los adultos hacen de modelo a seguir para los más pequeños en todo. En el terreno del amor también. Si los adultos se estiman, se lo demuestran, crean este “léxico familiar” que diría Natalàlia Ginzburg, esta serie de tradiciones que te hacen sentir que perteneces a un lugar... entonces los niños crecen con estos referentes y los incorporan a su manera de vivir y de relacionarse.



P: Es un libro muy luminoso y los escenarios tienen un gran protagonismo. Alella como el espacio luminoso, sencillo pero precioso, pleno de luz y esperanza. 

R: Pues no estoy del todo de acuerdo. Es decir: el paisaje del Maresme, Alella, es realmente un paisaje luminoso, pero la casa de los Alcornocal y el jardín son un espacio melancòlic, decadente y lleno de tristeza. Laura, eso sí, está determinada a posar esperanza.



P: La casa de padre acontece un protagonista más, como gran metáfora de la vida de los protagonistas. La reconstruyen a medida que reconstruyen su relación. 

R: Sí. En Sebastià Sureda, el padre, decidió permitir que la casa se fuera deteriorando después de la muerte de su mujer. Cómo si fuera la escenografía de una de sus obras de teatro, la representación de su vida emocionalmente deshecha. Cuando los hijos deciden rehabilitarla, se creará un tipo de sinergia entre la casa y la relación de los hermanos. Se tapan las grietas, se cambian las cañerías viejas, se corta el nogal enfermo del jardín. 



P: Y dentro de la casa hay una biblioteca donde encontraremos algunos de tus principales referentes literarios. ¿Qué papel juega a la historia?

R: La biblioteca de su padre –que hay que vaciar antes de posar la casa en venta- es la única vía que tiene Laura para poder conocer mejor aquel hombre distante y hermético. En la biblioteca encontrará información sobre sus gustos y sus obsesiones literarias, pero también algunas informaciones que no esperaba. Los libros dicen muchas cosas de sus lectores , a las dedicatorias, las anotaciones, las frases subrayadas...



P: Y dentro de la casa hay secretos mucho muy escondidos que nos explicarán La dificultad de los hijos para aceptar que los padres fueron niños y jóvenes. 

R: Es verdad que a todos nos cuesta aceptar plenamente que nuestros padres fueron jóvenes o niños. Es un pasado que nos consta que existió pero que para nosotros es irreal. Laura y sus hermanos se podrán acercar a través de los libros, las fotografías y los recuerdos de la vieja tieta Margot, el eslabón que los liga al pasado familiar. 



P: Me ha parecido que el libro es un homenaje a la familia, como reproducción a pequeña escala donde encontramos de todo y podemos hablar de todo. Relaciones entre personas y sentimientos. 

Y también es un libro tierno dedicado a Jordi Cuixart. 


R: Quería hacer un regalo a Cuixart y rendirle homenaje, porque es un hombre que admiro y respeto mucho: está viviendo una situación muy injusta y lo hace sin perder la sonrisa y reivindicando siempre la ternura.





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