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Mundo libelista - Entrevistas Libelista

Fotografia de Noemía Fluixa


Yannick Garcia (Amposta, 1979) es escritor, intérprete y traductor. Ha publicado poesía y compilaciones de relatos, como Barbamecs (2011, Cossetània) o el Premi Documenta 2013, La nostra vida vertical, publicado a L'Altra Editorial. También podemos leer cuentos suyos en varias antologías: Els caus secrets (2013, Moll), Emergencias (2013, Candaya) y Punts de fuga (Males Herbes, 2015). Ha traducido ensayos, novelas y obras de divulgación de autores como George Saunders, Sherman Alexie, Lydia Davis, Neil Gaiman, Dennis Lehane, Carson McCullers, David Vann, Roal Dahl, Sylvia Plath o William Kotzwinkle.

 

1.- ¿Qué libros encontraríamos hoy en día en la mesita de noche de Yannick? Nos puedes decir cuáles están por ocio intelectual y qué por trabajo?

¡Ya no leo a la cama, hombre, que soy padre viejo! Me duermo a los dos segundos. En el comedor sí que tengo una buena PTP (Pila de Títulos Pendientes). Ahora mismo: Esto no es América, de Jordi Puntí; Reading in The Dark, de Seamus Deane; Las inviernas, de Cristina Sánchez-Andrade; Hide, de Matthew Griffin; A Separation, de KatieKitamura; Autumn, de Ali Smith; The Collected ShortStories, de Jean Rhys; Postal de Copacabana, de StefanieKremser. No se acaban nunca: se reproducen y multiplican. De ocio intelectual, ahora mismo, poco. Mucho sueño, eso sí. Cuando vuelva a tener tiempo, me gustaría leer Los hombres y los días, de David Vilaseca, y Solenoide, de Mircea Cartarescu.

2.- ¿Si tuvieras que recomendar un libro al próximo consejero de Cultura, cuál seria? 

Le haría un paquetet con algún análisis afinado del sector, como por ejemplo Informe de lectura, de Abel Cutillas e Isabel Sucunza, y alguna ficción potente, como La muerte y la primavera, de la Rodoreda, o El ferrocarril subterráneo, de ColsonWhitehead.

3.- El último libro que te ha dado risa es...

Mmm… Los que me han dado risa también me han hecho llorar un poco, son de sentimientos caóticos: Mística coneja, de Jordi Lara, o Lincoln in The Bardo, de George Saunders (que he traducido y saldrá pronto).

4.- ¿Ahora paso a hacerte la primera pregunta como traductor. Podrías decir los dos escritores o escritoras que hayas traducido que consideras que más te han inspirado para después articular tus libros?

No ha habido jefe referente único, la verdad. La gracia de la traducción es que te da la oportunidad de estirar los músculos más escondidos y que, con el deporte regular que haces con tu lengua, no ejercitas. Pasar de Lydia Davis a Neil Gaiman, o de David Vann a Roal Dahl, para decir algunos, te plantea retos, te ayuda a cuestionarte eliges personales… Sobre todo te genera dudas, que es una actitud muy fructífera ante la lengua.

5.- El último libro que has traducido al catalán y que ha aparecido al mercado es un clásico, El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. ¿Habías afrontado antes la traducción de un clásico?

No muchos, no. El primer libro que traduje, cuando todavía estaba en la universidad, fue Clovis Dardentor, de Julio Verne, junto con la Nieves Aymerich, una compañera de estudios. Era un libro menor de Verne, pero pasaba en parte en Mallorca y al Consejo Insular le interesaba publicarlo. Desde entonces no había traducido nunca clásicos en el sentido estricto. La balada del café triste, de Carson McCullers, marca el horizonte temporal más habitual para mí: de mediados de siglo XX adelante.



6.- Centrémonos por un momento en la obra en sí. En mi humilde opinión, "El corazón de las tinieblas" es una obra total que, navegando primero como una novela de aventuras a ultramar, se adentra cada vez más en los territorios literarios más inóspitos. ¿Puede ser frustrante como escritor llegar tan al fondo de una obra tan afinada -a su sala de máquinas- a la hora de después seguir con tu propia obra?  

No lo he vivido así en absoluto. Cuando traduces, despojos mucho el autor y también le ves las vergüenzas. encuentras los aciertos, pero también las partes que halagan menos. Además, sería absurdo que te deslumbrara una obra de arte que tiene más de un siglo. Admiración, mucha, pero en su contexto. Podríamos hablar de los sentimientos que se evocan al libro y veríamos correlatos con el momento actual, pero el marco creativo, las condiciones de escritura de Conrad, ya no existen. El que sí que me ha permitido es pensar como se leen textos como este hoy en día, qué han dicho los pensadores del neocolonialismo, si la crítica ha cambiado de parecer a lo largo de los años, etc.



7.- En Joseph Conrad murió a la época de entreguerras. Si, bajo circunstancias totalmente anómalas, volviera a la vida, ¿qué tres novelas de este inicio de s. XXI le recomendarías que leyera impetuosamente para que pudiera hacerse una idea de la concepción de novela “actual”?

Qué pregunta más sencilla, muchas gracias! 
[Emoticono de meter los dedos mojados en el enchufe] 



8.- La línea argumental del coro de las tinieblas fue llevada en el cine de la mano de Francis Ford Coppola a la película Apocalypse Now (1979) y también aparece en parte de un episodio de The Simpsons (episodio 373, "Kiss Kiss Bang Bangalore”). ¿Puede ser que este escenario sea el máximo de transnarratividad al cual puede aspirar una novela, o todavía le falta una serie de HBO? 

Le falta de todo, hombre: discursos de David Fernàndez, merchandising de La patrulla canina, galetetes de la suerte, fábulas del Delta… Todo llegará.
 


9.- ¿Verá próximamente la luz alguna obra propia de Yannick Garcia? Nuestra vida vertical, tu último libro de relatos, ganó el premio Documenta 2013. ¿Qué camino está siguiendo tu carrera de escritor desde entonces?

He publicado algunos cuentos, he traducido mucho y he estado padre. No te diré que he frenado en seco en la escritura, pero sí que voy a velocidad de crucero. Leyendo, traduciendo y escribiendo a dosis pequeñas. Ahora toca un poco de vida zen.
 


10.- ¿Cuál es tu librería de referencia a Barcelona? ¿Y en las tierras ebrenses?

Tengo más de una y miro de repartirme como puedo: la Calders, la Central, la Laie, la Documenta, la Jaimes, el Muchachos… A Amposta tenía La gaviota, de toda la vida, pero cerró. Ahora la Viladrich de Tortosa ha abierto una sucursal y los deseo larga vida, porque son buenos.





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